28/05/2025
La relajación total es lo supremo. Este es el momento de realización, iluminación, consciencia.
Tú no puedes estar totalmente relajado en este momento. En lo más profundo una tensión persistirá.
Pero empieza a relajarte. Empieza desde la circunferencia: ahí es donde estamos, y solo podemos empezar desde donde estamos. Relaja la circunferencia de tu ser, relaja el cuerpo, relaja el comportamiento, relaja tus actos. Camina de forma relajada, come de forma relajada, habla, escucha de forma relajada. Ralentiza todo proceso. No tengas prisa, no tengas apremio. Muévete como si toda la eternidad estuviera disponible para ti; de hecho, está disponible para ti. Estamos aquí desde el principio y vamos a estar aquí hasta el mismísimo final, si es que hay un principio y hay un fin. De hecho, no hay principio ni fin. Siempre hemos estado aquí y siempre estaremos aquí. Las formas van cambiando, pero no la substancia, las formas cambian, pero no el ALMA.
Tensión significa prisa, miedo, duda. Tensión significa un esfuerzo constante de proteger, de estar seguros, de estar a salvo. Tensión significa prepararse ahora para el mañana, o para la vida del más allá, asustado de que mañana no podrás hacer frente a la realidad. Tensión significa el pasado que no has vivido realmente pero solo de alguna manera lo has sobrepasado; está pendiente, esta sin resolver, te rodea.
Recuerda algo muy fundamental de la vida: Cualquier experiencia no vivida quedará pendiente circundándote, persistirá: “¡Termíname! ¡Complétame!” Toda experiencia tiene una cualidad intrínseca que tiende a su fin y quiere ser terminada, completada. Una vez completada, se evapora. Incompleta, persiste, te tortura, te acosa, atrae tu atención. Te dice: “¿Qué vas a hacer conmigo? Sigo incompleta, ¡satisfáceme!
Todo tu pasado cuelga a tu alrededor sin nada completado, porque nada ha sido vivido realmente, de alguna manera te lo has saltado, vivido parcialmente, sólo a medias, sin entusiasmo. No ha habido intensidad. Te has movido como un sonámbulo, andando en sueños. Así que el pasado queda colgando, y el futuro crea miedo. Y entre el pasado y el futuro está aplastado tu presente, la única realidad.
Tendrás que relajarte desde la circunferencia. El primer paso para relajarse es el cuerpo. Recuerda cuantas veces sea posible buscar en el cuerpo, si llevas alguna tensión en alguna parte de él- el cuello, la cabeza, las piernas. Relájalo conscientemente. Simplemente vete a esta parte del cuerpo y persuade a esta parte, dile amorosamente: "¡Relájate!”
Y te sorprenderás de que si te acercas a cualquier parte de tu cuerpo, esta parte escucha, te sigue; ¡es tu cuerpo! Con los ojos cerrados, vete dentro del cuerpo de los pies a la cabeza buscando cualquier lugar donde haya una tensión.
Y luego habla con esta parte del cuerpo como hablas con un amigo; deja que haya un dialogo entre tú y tu cuerpo. Dile que se relaje, y dile: “No hay nada que temer. Yo estoy aquí para encargarme; tú te puedes relajar". Poco a poco aprenderás cómo hacerlo. Entonces el cuerpo se vuelve relajado. Y luego da otro paso, un poco más profundo, dile a la mente que se relaje. Y si el cuerpo escucha, la mente también. Pero no puedes empezar con la mente – tendrás que empezar por el principio. No puedes empezar desde el medio. Mucha gente empieza con la mente y fracasan, fracasan porque empiezan en el lugar equivocado. Todo se debe hacer en el orden adecuado.
Si te vuelves capaz de relajar el cuerpo voluntariamente, entonces podrás ayudarle a la mente a relajarse voluntariamente. La mente es un fenómeno más complejo. Una vez que estás confiado en que el cuerpo te escucha, tendrás una nueva confianza en ti mismo. Ahora, incluso la mente puede escucharte.
Llevará un poquito más de tiempo con la mente, pero ocurre.
Cuando la mente esté relajada, entonces empieza a relajar el corazón, el mundo de los sentimientos, las emociones, el cual es incluso más complejo. Ahora sabrás que es posible. Y solo entonces, cuando has dado estos tres pasos, podrás dar el cuarto. Ahora puedes ir al centro más profundo de tu ser, más allá del cuerpo, la mente, el corazón: el mismísimo centro de tu existencia. Y también podrás relajarlo.
Y esta relajación ciertamente conlleva al mayor gozo posible, el éxtasis supremo, la aceptación. Estarás lleno de dicha y regocijo.
Tu vida tendrá la cualidad de una danza. Toda la existencia está danzando, excepto el ser humano. La totalidad de la existencia está en un movimiento muy relajado, hay movimiento, ciertamente, pero está totalmente relajado. Los árboles están creciendo, y los pájaros están cantando y los ríos están fluyendo, las estrellas se están moviendo: todo está yendo de forma muy relajada.
Sin prisa, sin apremio, sin preocupación, sin desperdicio. Excepto el hombre. El hombre ha caído víctima de su mente.
El hombre puede alzarse por encima de los dioses y caer más bajo que los animales. El hombre tiene un gran espectro. De lo más bajo a lo más alto, el hombre es una escalera.
Empieza con el cuerpo y luego, poco a poco, adéntrate más a lo profundo. No empieces con nada más a menos que hayas antes resuelto lo primario. Si el cuerpo está tenso, no empieces con la mente. Espera. Trabaja en el cuerpo. Y, simplemente pequeñas cosas son de grandísima ayuda.
Andas a un cierto ritmo, se ha vuelto habitual, automático. Ahora intenta andar despacio. Buda solía decir a sus discípulos "Andad muy despacio y dad cada paso muy conscientemente". Si das cada paso muy conscientemente, vas a tener que andar despacio. Si estás corriendo, con prisas, te olvidarás de recordar.
Solo intenta caminar muy despacio, y te sorprenderás; empieza a darse en el cuerpo una nueva cualidad de consciencia. Come despacio y te sorprenderás; hay una gran relajación. Haz todo despacio... solo para cambiar la antigua costumbre, solo para dejar atrás viejos hábitos. La relajación es uno de los fenómenos más complejos; muy rico, multidimensional. Todas estas cosas forman parte de ello: soltarse, confianza, rendirse, amor, aceptación, fluir con la corriente, unión con la existencia, ausencia del ego, éxtasis. Son todos parte de ello, y todos ellos empiezan a ocurrir cuando aprendes las formas de la relajación.
No hay in****no y no hay cielo. Así que no tengas miedo del in****no y no estés ansioso por el cielo. Todo lo que existe es este momento. Puedes hacer de este momento un in****no o un cielo; esto es ciertamente posible, pero no existe un cielo o un in****no en alguna parte allí fuera.
El in****no existe cuando estás tenso, y el cielo existe cuando estás relajado. La relajación total es el "paraíso". La consciencia es el principio de la transformación.
Osho, The Dhammapada: The Way of the Buddha, Vol. 1, charla #8