23/03/2023
Pedro Juárez nació el 2 de julio de 1947 en la provincia de La Rioja. Quienes lo conocieron lo recuerdan como una persona sencilla, solidaria y generosa.
Comenzó a noviar desde muy joven con Mirta Pache, con quien luego contrajo matrimonio y tuvo un hijo y una hija. Compartían muchos sueños, entre ellos el de tener una casa propia. Es que vivía en la casa de su suegra, con su familia, y su cuñado, Humberto Pache, un militante del gremio del calzado que también fue detenido y desaparecido.
Pedro trabajaba en SanCor. Allí, su compañerismo, entrega, dedicación, solidaridad y conciencia de clase hicieron que sus compañeros de trabajo lo eligieran primero como delegado, para luego transformarse en Secretario General de la Seccional Córdoba de Atilra.
Juárez carecía de experiencia sindical, sin embargo, puso cuerpo y corazón en la lucha, no solo por los derechos laborales, sino también para alcanzar otras reivindicaciones necesarias de la época, como la concreción de un plan de viviendas destinadas al conjunto de los trabajadores y sus familias, y lo hizo con amor y convicción.
Ya ejerciendo este rol, Juárez encabeza una activa militancia sindical y política, articulando con otros gremios en la efervescente Córdoba, rebosante de activismo político en pos de un país más justo.
Luego del golpe del 24 de marzo de 1976, Pedro, lejos de pensar en su propia seguridad, acompañó responsablemente los familiares de otros trabajadores de Sancor que ya habían sido detenidos por los represores.
Los movimientos afuera y dentro de la fábrica lo hicieron intuir sobre complicidades civiles acerca de lo que estaba pasando con sus compañeros, y que pronto podría correr la misma suerte, por ello había empezado a preparar a su esposa.
Finalmente, el 15 de junio de 1976, a las dos de la mañana, las patotas militares irrumpieron con violencia y brutalidad en su domicilio. A las dos de la mañana comienzan a escucharse gritos y patadas en la casa, la madre de Mirta empieza a gritar, a punta de fusil la ponen con la cabeza contra la pared. Mientras tanto comenzaron a registrar la casa y a golpear a Humberto y a Pedro. Uno de los captores amagaba con llevarse a su hijo que estaba durmiendo en el moisés, lo que desató los gritos de Mirta. Pedro buscaba poder tranquilizarla, pero no tuvo éxito hasta que lo tuvo en sus brazos, porque ella ya sabía que se estaban apropiando de niños de las casas que “reventaban”. Mientras lo arrastraban afuera para subirlo a uno de los autos en que habían llegado, Pedro le dijo – te amo mi vida, no te preocupes, todo va a estar bien-. Nunca más se volvieron a ver.
Desde ese instante sus familiares comenzaron las gestiones tendientes a localizar a el paradero de Pedro en instituciones civiles, judiciales, policiales y militares. No se les brindó ningún tipo de información.
De acuerdo a las investigaciones que se realizaron luego de que se recuperara la Democracia, se supo que fue “trasladado” al Centro Clandestino de Detención Tortura y Exterminio "La Perla" en Córdoba, sede de actuación de la Tercera Sección también denominada Grupo de Operaciones Especiales u OP3, que a la fecha se hallaba integrada por: Héctor Pedro Vergéz, Jorge Exequiel Acosta, Ernesto Guillermo Barreiro, Carlos Alberto Vega, Luis Alberto Manzanelli, Carlos Alberto Díaz, José Hugo Herrera, Luis Alberto Cayetano Quijano, Arnoldo José López, Héctor Raúl Romero, Ricardo Alberto Ramón Lardone y Emilio Morard.
Allí, Juárez fue sometido a constantes torturas físicas y psíquicas. La planificación, diseño, supervisión y suministro de recursos necesarios para la perpetración del accionar precedentemente descripto estuvo a cargo de Luciano Benjamín Menéndez, Raúl Eduardo Fierro, Hermes Oscar Rodríguez y Luis Gustavo Diedrichs.
En algunos de los 30 días que se estipula estuvo secuestrado, fue llevado a las inmediaciones del lugar, donde procedieron a asesinarlo, ocultando su cuerpo, que hasta a la fecha no ha sido recuperado.
El 25 de agosto del 2016, luego de una larga lucha que emprendieron sus familiares y los organismos de Derechos Humanos, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de Córdoba condenó a los involucrados en su secuestro, tortura, as*****to y posterior desaparición en la Mega Causa “La Perla”.
Aún se sigue luchando para que se investigue la pata civil, eclesiástica, empresarial y judicial, que fueron sus cómplices. Seguimos reclamando Memoria, Verdad y Justica.
Pedro Juarez, Presente, ahora ¡y siempre!