
08/05/2025
México pisa el freno en su crecimiento automotriz.
La industria que por años impulsó la economía del país ahora se encuentra en pausa. La razón: una combinación desafiante de factores externos e internos.
Por un lado, la baja demanda desde Estados Unidos, principal destino de nuestras exportaciones, ha provocado una desaceleración inesperada. Las fábricas operan con cautela. La producción no despega.
Por otro lado, los altos costos operativos y el impacto de aranceles de hasta 25 % en autos y autopartes, y 50 % en acero y aluminio, han reducido gravemente la competitividad mexicana.
Tras intensas negociaciones diplomáticas, se anunció una prórroga de 90 días antes de aplicar nuevos aranceles del 30 %, dando un respiro temporal al sector… pero la incertidumbre continúa.
Lo que está ocurriendo hoy no es solo una pausa: es un punto de inflexión.
¿Será este el principio de una reestructuración necesaria o el inicio de una crisis prolongada?