Cuando apenas tenía 19 años, Gustavo Crespo trabajaba en la hacienda de destilación de su abuelo en Uzhupud, una comunidad rural de los Andes en Ecuador. Allí realizó sus primeros experimentos.
Anotaba detalladamente en su libreta lo que iba creando, hasta llegar a destilar una excelente ginebra y a producir lo que luego sería el ron más importante del país. Con el pasar de los años, en un rinc
ón de alguna casa antigua, se escondió aquella libreta con la fórmula de su querida ginebra. Arriesgó y volvió a experimentar... Entre tanto, la libreta de sus años mozos apareció.....
Sin embargo, él ya había creado una nueva ginebra, mucho mejor que la fórmula extraviada.
Su secreto: el agua purísima que nace a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, en la reserva natural El Cajas y el alcohol extra neutro proveniente de la caña de azúcar, que atrapa el sabor y potencia el aroma de los 11 botánicos seleccionados cuidadosamente.